En su carro de tren siempre lo acompañaba una pianola y por las noche en los campamentos salía a tomar el fresco, caminar ante la tropa (“su mirada y porte imponían mucho” diría un soldado) y a la luz de las fogatas bailaba con alguna soldadera al compás de alguna guitarra. Villa era muy bueno para el baile, sobre todo las polkas. El decía: “entre más polvo se levante mejor”.
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